La Línea en la pintura

«Retrato de una mujer», 1917-1919

Óleo sobre lienzo

Modigliani, pintor, dibujante y escultor italiano, nace en Livorno en 1884 y muere en París en 1920 con solo 35 años.
Considerado como uno de los artistas más importantes del siglo XX, se conoce muy poco de su obra anterior a su llegada a París en 1906, aunque se sabe que tenía una extensa formación académica en lo que al arte se refiere. Arribó a la ciudad de la luz, con solo 22 años, y en un momento en el que las vanguardias regían en el panorama artístico. Tomó contacto con ellas, con el fauvismo, el cubismo, el dadaísmo, el surrealismo, pero se mantuvo del todo independiente, por lo que su obra no es fácilmente clasificable. Se instaló en Montmartre, relacionándose con Toulouse-Lautrec, Gauguin, Cezanne, Picasso…

Representante absoluto de la arquetípica bohemia artística, el alcohol, las drogas, y las peleas, fueron minando su, ya de por sí, enfermiza constitución.
Su carrera despunta hacia 1909, por lo tanto, la mayor parte de su obra se realizó en solo diez años.

LA ESCULTURA

Modigliani se consideraba, ante todo, escultor. En 1909 el doctor Paul Alexander le presenta a Constantin Brancusi, escultor rumano, quien le animó a hacer escultura huyendo de la arcilla y la cera, y centrarse en la dureza del mármol, de las piedras o la madera.

Su gran influencia, el arte africano, el arte primitivo; viéndose reflejado en los rostros y figuras estilizadas que creaba. Para él fue fundamental el conocimiento del arte egipcio.
A este respecto, la poetisa rusa, Anna Ajmátova, escribió:

“En aquel tiempo se dedicaba a la escultura: trabajaba en un patio, cerca de su taller; en el callejón vacío se oían los golpes de martillo. Las paredes de su taller estaban cubiertas de retratos increíblemente grandes”
“En esa época, Modigliani soñaba con Egipto. Me llevó al Louvre para que visitara la sección egipcia; afirmaba que todo lo demás no era digno de atención. Dibujó mi cabeza con un peinado de reina egipcia o de bailarina, y parecía totalmente cautivado por el arte del antiguo Egipto”

Durante cinco años se dedicó casi en exclusiva a la escultura. Pintó pocos cuadros, pero muchos dibujos y gouaches, eso sí, referidos a esculturas o diseños escultóricos. Hasta 1914, en que el daño que el polvo provocaba en sus pulmones, le hizo abandonar su primera vocación.

DE VUELTA A LA PINTURA

Su experiencia como escultor y dibujante, le conduce a un estilo muy personal, el cual se define entre 1915-1916.

Modigliani realizó, sobre todo, retratos y desnudos. De 1913 a 1920 creó 296 obras, de las que solo cuatro son paisajes, pintados en 1919 en la Costa Azul, donde intentaba recuperarse de su grave estado de salud.

Solo hizo una exposición individual, en 1917, en la galería de Berthe Weill en París, pero sus desnudos provocaron que la policía la cerraran por escándalo público.

Modigliani no tenía dinero para pagar modelos, por eso, fueron sus amigos y conocidos quienes cumplieron ese papel. Así, compañeros de la escuela de París, su esposa Jeanne Hébuterne, y otros como Diego Rivera, Juan Gris, Paul Guillaume o Jean Cocteau, posaron para sus retratos.

ESTILO

• Se inclina hacia los colores tostados.

• Figuras estilizadas y alargamiento de algunos elementos anatómicos, en concreto el cuello (de forma cilíndrica) y los brazos.

• Cabezas ovaladas.

• Narices oscilantes.

• Ojos asimétricos, grandes y misteriosos. En muchos retratos, ciegos y al mismo tiempo clarividentes. Es anular la influencia de una mirada, para acentuar el interior de la persona.

• Los desnudos son generosos en sensualidad desmayada y complacida, pero esta es contenida por la rigidez de los contornos. Volúmenes muy simplificados. Trazos sencillos y pureza en los rostros.

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