La Línea en la pintura

ARCOÍRIS GRISÁCEO, 1953
Óleo sobre lino, 182,9 x 244,2 cm

Esta obra es una de las últimas grandes pinturas abstractas que Jackson Pollock realizó antes de su muerte en 1956. El cuadro es predominantemente gris, plateado, blanco y negro, pero en el tercio inferior de la tela se esconde apenas del amarillo, el naranja, el azul, el verde y el violeta.
La aplicación de la pintura va cambiando de porciones gruesas exprimidas de manera directa del tubo, a finas y onduladas líneas vertidas desde recipientes con pequeños orificios o rociadas con jeringas.

SU HACER

«Mis pinturas no vienen de un caballete. Prefiero fijar el lienzo nuevo a una pared o en el suelo. Necesito la resistencia de una superficie dura. En el suelo me siento más tranquilo. Me siento más cerca, más parte de la pintura, ya que de esta manera puedo caminar alrededor de ella, trabajar desde cuatro lados y literalmente «estar» en la pintura.
Continúo alejándome de las herramientas tradicionales de los pintores como los caballetes, las paletas y pinceles, etc. Prefiero varitas, palas de jardinero, cuchillos y pintura diluida o impasto con arena, vidrios rotos o cualquier otro material añadido.

Cuando estoy «dentro» de mi pintura, no soy consciente de lo que estoy haciendo. Tan solo después de un periodo de «aclimatación» me doy cuenta de lo que ha pasado. No tengo miedo a hacer cambios, destruir la imagen, etc., porque la pintura tiene vida propia. Intento dejarla salir. Es sólo cuando pierdo contacto con la pintura cuando el resultado es un desastre. De lo contrario es armonía pura, un sencillo dar y recibir, y la pintura resulta bien.»

JACKSON POLLOCK

Un nombre que resuena en el mundo del arte como uno de los padres fundadores del expresionismo abstracto. Nacido en 1912 en Cody, Wyoming, dejó una marca indeleble en la historia del arte con su técnica única y revolucionaria.

ACTION PAINTING

Pollock desarrolló un estilo propio que revolucionó la forma en que entendemos el arte: el Action Painting.
Una de sus obras más emblemáticas, «Nº 5, 1948», es un lienzo de grandes dimensiones que parece un caos de líneas y manchas. Sin embargo, bajo el caótico exterior se encuentra una estructura y energía palpable. Pollock creaba sus obras vertiendo y arrojando pintura sobre el lienzo colocado en el suelo, permitiendo que fluyera en libertad.
Esta técnica capturaba la acción del proceso creativo y reflejaba las emociones y el estado mental del artista en ese momento.

Su inspiración también bebió del arte nativo americano y del surrealismo, fusionando elementos de ambas corrientes en su trabajo. Sus cuadros a menudo parecen representar un universo en constante movimiento, donde líneas y salpicaduras de pintura se entrelazan en un frenesí de energía y emoción.

Pollock también se destacó por su uso de la paleta, que iba desde tonos oscuros y terrosos hasta colores brillantes y vibrantes. Sus composiciones en apariencia caóticas eran en realidad calculadas y llevaban al espectador a un viaje emocional a través de ellas.

La influencia de Pollock en el arte moderno es innegable. Su obra abrió la puerta a una nueva forma de entender la pintura, alejándose de la representación figurativa y acercándose a una experiencia visual y emocional más profunda. Sus creaciones han inspirado a innumerables artistas y han dejado una huella indeleble en el mundo del arte contemporáneo.
Por desgracia, la vida de Jackson Pollock estuvo marcada por la lucha contra el alcoholismo y la depresión, y murió en un trágico accidente de automóvil en 1956 a la edad de 44 años. Sin embargo, su legado perdura en sus obras maestras, que continúan fascinando y emocionando a quienes las contemplan.

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