“El sueño de la razón produce monstruos”
Medio: aguafuerte y aguatinta sobre papel verjurado
Lámina 43 de Los Caprichos, 1797-1799
Francisco José de Goya y Lucientes (1746-1828)
“EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS”
Es uno de los grabados más conocidos de la serie Los Caprichos de Francisco de Goya. En este aguafuerte, se muestra al artista durmiendo en su mesa de trabajo, mientras una serie de animales y seres fantásticos acechan a su alrededor. La imagen está acompañada por el siguiente texto: «El sueño de la razón produce monstruos».
Este grabado se ha considerado como uno de los más complejos de la serie y ha sido objeto de numerosas interpretaciones. En los manuscritos de la época se decía:
Manuscrito de Ayala:
«La fantasía abandonada de la razón produce monstruos, y unida con ella es madre de las artes».
Manuscrito del Museo Nacional del Prado:
«La fantasía abandonada de la razón produce monstruos imposibles: unida con ella es madre de las artes y origen de las maravillas».
Manuscrito de la Biblioteca Nacional:
«Cuando los hombres no oyen el grito de la razón, todo se vuelve visiones».
Así podemos llegar a la conclusión de un doble significado. En primer lugar, Goya subraya la importancia de la razón sin la cual afloran toda clase de sentimientos irracionales que desembocan en la ignorancia. Sin embargo, es necesario precisar que en los manuscritos se apunta un segundo significado en el que el sueño, entendido como liberación de un mundo interior controlado por la razón, se convierte en una fuente inmensa de creatividad.
LOS CAPRICHOS
El 6 de febrero de 1797, se anunciaba en el Diario de Madrid la puesta a la venta de la Colección de estampas de asuntos caprichosos, inventadas y grabadas al aguafuerte por D. Francisco de Goya. En el periódico se revelaba el interés del pintor aragonés de criticar los errores y los vicios humanos. Con una tirada de 300 ejemplares, la serie integrada por 80 aguafuertes, se podía comprar en una tienda de perfumes y licores del número 1 de la calle del Desengaño, sita en la misma casa en la que vivía el pintor, por un precio de 320 reales de vellón.
Los Caprichos contaron con el apoyo del grupo de ilustrados que integraban el círculo de amistades de Goya, quienes vieron en la crítica de ciertos aspectos de la conducta humana y de la sociedad española un importante acicate para su regeneración. Pero el miedo a las represalias que podrían derivarse por su contenido crítico hacia ciertos estamentos, como el clero o la aristocracia, determinaron al pintor a retirar las estampas de la venta.
TEMÁTICA
Los Caprichos de Francisco de Goya son una serie de ochenta grabados realizados entre 1797 y 1799, que muestran una crítica sarcástica de la sociedad española de la época. Son considerados como una obra maestra del arte y una sátira mordaz de la España del siglo XVIII.
Representan una reprobación de la superstición y de la brujería, de la vida de determinados sectores de la Iglesia, la prostitución, así como la proliferación de los matrimonios desiguales, la educación de los niños o la Inquisición, todo ello desde un punto de vista iluminista. Se trata de un trabajo que censura los vicios y debilidades humanas con un lenguaje sarcástico, ácido y en ocasiones pleno de fantasía. Asimismo, Goya elude en la mayor parte de los casos las referencias personales, consciente del riesgo que ello podría implicar especialmente en su condición de pintor de cámara.
En resumen, Los Caprichos son una obra de arte excepcional que muestra la maestría de Goya como artista y crítico social. A la par son una reflexión profunda sobre la sociedad española del siglo XVIII, pero también sobre la naturaleza humana en general. Esta serie de grabados es un testimonio de la importancia del arte como medio para reflexionar y criticar la realidad social y política de una época.
TÉCNICA
Los grabados se caracterizan por su técnica novedosa. Goya llevó a cabo las estampas de Los Caprichos trabajando las planchas con aguafuerte que después entonaba con aguatinta y por último perfeccionaba con retoques en seco con punta seca y buril. Así conseguía crear una atmósfera oscura y siniestra. Además, el lenguaje visual de Goya es muy simbólico, y sus escenas suelen estar cargadas de significado.
De esta forma, los grabados, de formato pequeño y técnica original, se convirtieron en una obra de culto para los intelectuales de la época.
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