La Línea en la pintura

“Meditación de San Antonio”, Postigo derecho del tríptico “Tentaciones de San Antonio”. Copia del Museo del Prado

El Bosco.

Hacia 1450 -1516. Es uno de los pintores europeos más importantes de la época, cuyo universo fantasmagórico a menudo arremete contra la relajación de costumbres, las vanidades, lujos y la insensatez del mundo.
En un tiempo y lugar, (finales del siglo XV, en los Países Bajos) en el que las agitaciones y turbaciones religiosas ante el avance de la Reforma preocupaban a los artistas, escritores y teólogos, por igual, se vio influenciado para concebir esos mundos sobrecogedores. Creaciones que se excluyen de toda clasificación iconográfica tradicional.

San Antonio.

Nació en el 251 en Coma (Menfis, Alto Egipto). A los dieciocho años se retiró a vivir como ermitaño durante veinte años. Desarrolla después una vida semianacorética. Renuncia a los bienes y placeres del mundo, y mantiene una lucha incesante contra las tentaciones que el demonio le presenta. Resultando vencedor, en una guerra del bien contra el mal, de Cristo contra Satanás. Murió a la edad de ciento cinco años. Poco después Atanasio, patriarca de Alejandría, escribió una biografía del santo, sobre su vida, sus obras y prodigios.

Las tentaciones de San Antonio.

Tema recurrente en el arte. Aparece en pinturas medievales, grabados, libros iluminados…
El Bosco reprodujo unas cuantas veces al santo en sus obras.
En este post nos vamos a centrar en el tríptico: “Las tentaciones de San Antonio”, (Lisboa, Museu Nacional de Arte Antiga), y más concretamente en el postigo derecho, “Meditación de San Antonio”.

TRÍPTICO: “TENTACIONES DE SAN ANTONIO”

Tríptico pintado al óleo sobre tabla. Mide 131 centímetros de alto por 238 cm de ancho.

LAS GRISALLAS DEL TRÍPTICO CERRADO

Se representan dos escenas de la Pasión de Cristo:

  1. – Prendimiento de Cristo en el huerto de los Olivos. Incluye la escena de la oreja de Malco y la de Judas con la bolsa de monedas alejándose del lugar de la traición.
  2. – Camino del Calvario. El padecimiento de Cristo con la cruz a cuestas. Aparece Verónica y el hombre con sus hijos contemplando los acontecimientos.

Una vez abierto, encontramos el tema principal, las tentaciones, la lucha entre el Bien y el Mal, entre Cristo y Satanás.
En el postigo izquierdo (“Vuelo y caída de San Antonio”), encontramos la ascensión de San Antonio y de las almas, las tentaciones del demonio, y como después es conducido de nuevo a su cueva.
En la tabla central, se expone la glorificación del santo superando las tentaciones con la ayuda del ejemplo de Cristo.

POSTIGO DERECHO: “MEDITACIÓN DE SAN ANTONIO”

Pecado de la carne y de la seducción. El demonio aparece convertido en una tentadora joven, una hermosa reina cuyo único objetivo es inducir a Antonio a caer en el pecado de la carne. La muchacha está bañándose en el río, dentro del hueco de un árbol seco. Una gran tela roja la oculta de todas las miradas, excepto de la del eremita.

El santo se muestra con el libro que le dio Cristo, donde lee los ejemplos de su sufrimiento. Estos le dan la fuerza para luchar contra la tentación y volver la cabeza.

En la parte superior de la tabla aparece la ciudad de la que la joven es reina. Muros de contención de aguas, torres y una muchedumbre sobre la muralla que se agolpa para recibirla. Sin embargo, figuras maléficas inundan la escena, como la pareja que vuela sobre un pez (se presumía que el diablo concedía la facultad de volar a las brujas), o las oscuras alimañas contra las que luchan los habitantes de la ciudad.

En la parte inferior, una mesa redonda, y junto a ella dos hombres desnudos y un tercero semidesnudo haciendo sonar un instrumento musical. Sobre el mantel blanco dos panes y una jarra de vino. De manera habitual se interpreta como alusión al pecado de la gula.

Bibliografía:

-El Bosco y la tradición pictórica de lo fantástico, Galaxia Gutenberg

-Los maestros de la pintura occidental, Ingo F. Walther

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